AMBIENTE

MILÁN

La grandiosidad del Duomo acapara el centro de todas las miradas, pero para los más detallistas hay un elemento que pasa desapercibido para la mayoría y donde reside parte de la magia de esta maravilla de la arquitectura gótica: una pequeña figura escondida en su fachada que inspiró la estatua de la libertad de Nueva York. Lo mismo ocurre en este espacio con el mismo nombre: cada diseño esconde matices en su color, silueta y tejido apreciables sólo por los más observadores.